No sé si
estoy despierto,
no sé si estoy
dormido,
duele el aire
que respiro
y grito,
grito al viento,
sin saber ni
lo que siento.
Duele alzarse
a recoger una caricia,
duele
acurrucarse tras una cortina,
duele y no
hay forma de dejar
aparcado ese
dolor,
por mucho que lo
quiera.
¡Duele! y
¡grito!
Grito al
viento que ya basta,
mi alma no
desea mas dolor
y sueño.
Y así,
¡soñando!, que el dolor se calma
Torpemente mi
alma descansa.
Y ¡Grito!
Grito al
viento
que hay
esperanza,
que no todo
es dolor,
que también
existe la nada.