Me
pregunto porque no
encuentro
mi norte,
sin
ti no subsisto
dame
un abrazo cariñosamente,
dame
mi credo.
Abrázame
fuerte,
dame
todo el amor que solo
¡tú! hermano,
puedes darme.
Prefiero
morir a seguir
sin
verte,
en
estos días, el recuerdo de
tu
muerte,
tu
dolor,
es
causa de mí estremecer.
Veo
tus manos dobladas,
tus
cabellos empapados
en
sangre y sudor,
tu
cara agonizante,
tu
costado traspasado
por
una lanza que no teme
a la
muerte,
tus
pies descalzos arrastrando tu suerte.
¡Hermano!
hoy me duele no verte
por
estas pedregosas calles
que
huelen a feliz niñez.
Que
suerte la mía por conocerte,
¡hoy!
por desgracia, lloro tu ausencia,
mi
cabeza se acurruca y esconde
por
no verte abrazar a la muerte.
Aunque
sé que tu fe
te hará
volver a ser
ese
hermano complaciente.
De
tanto llorar mis
lagrimas
queman como el ardiente sol,
en nada
más puedo pensar
que
no sea en tu muerte.
Espero
ver cumplida tu promesa
hecha
bajo aquella cruz
con
olor a madera y sangre.
Espero
tu regreso y que me abraces fuerte.
Habría
preferido mil veces morir junto a ti,
a no
volver a verte.
Recuerdo
tu amor y mi cara se ilumina
al
verte…
¡Hermano!
Que
dios bendiga tu suerte….
Chente
Devesa 22/04/2011
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