Loca libertad que huyes de mi cielo
llenando de griteríos
la apacible corriente de mi rio,
de repente cortas de cuajo
la sonrisa que mi boca dibuja
y dejas atados en nudos de dolor
mi cuerpo malherido.
Aparta las tormentas
que salpican mi cara de sangre alborotada
y deja que mi amor viva,
viva, viva, sin entender de agonías,
déjame amar, aunque sea
lo ultimo que haga en mi vida.
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