hace que se formen bolsas bajo mis ojos,
consigue que sean grises y amoratados.
El otoño ha llegado a mi vida,
el frío provoca en mi cuerpo profundas heridas,
profundos surcos que borran cualquier rastro de juventud vivida.
Los mares ya no suspiran por bañar mi cuerpo desnudo,
las mareas acongojadas por los ingratos tiempos
quedan altas, prohibiendo a mis huesos
los relajantes baños matinales de antaño.
Mi piel acusa la gravedad de la luna,
tan bella y amada, esa luna guardará en la eternidad
los secretos de amores vividos
y que ahora quiebran hueso por hueso todo mi esqueleto, pero ¡aun así!
Dejaré colgados en el cielo, cientos de dulces versos
escritos con y por amor bajo la bella luz de luna.
©Chente Devesa 2012
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