He encendido una hoguera.
En ella voy quemando cada uno de mis errores.
Hoguera, arde con fuerza,
son muchos los errores que han cubierto de
lodo.
Mi vida,
muchas etapas de mi vida arderán,
poco quedará de mí, pero lo poco que quede
será visto desde lejos brillando con fuerza,
pues sólo esos errores que guardaba en mi
corazón
eran los que cubrían de negro la luz
que brotaba desde el centro de mi pecho.
Sólo pido a Dios que no me permita guardar
ni uno más.
Que mi pecho brille con la inmaculada luz
de la verdad y el amor,
que ya nunca más se oscurezca este humilde
corazón
que ama con la fuerza de un ciclón.
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