Muchos años atrás, cuando para montar un coche
se necesitaban centenares de personas,
cuando para tapar las botellas de vino había que hacerlo
a mano, cuando para mandar un mensaje había que
escribir una carta y mandarla por correos, manteniendo
a cientos de personas trabajando en correos;
cuando querías leer un libro había que comprarlo en una librería,
nos quejábamos y nos preguntábamos ¿Cuándo llegaría el progreso?
Y ahora que ha llegado, tenemos que lamentarnos porque no
se necesita de la gente para hacer ese trabajo y tenemos que esforzarnos
porque la mano del hombre se haga un poco mas imprescindible.
Nos olvidamos de buscar la forma de vivir dignamente, ni los
mismos gobernantes
encuentran una salida para este caos provocado por nosotros mismos
me pregunto ¿Por qué? No
paro de darle vueltas a la cabeza,
¡Maldito dinero!, que sólo va en dirección del que más tiene y es
normal: el que tiene es el
único que puede invertir y por ello recibir más, sólo ellos pueden mantener una
forma de vida digna. ¿Y el que no tiene? El que no tiene no puede
competir con el que tiene.
¡Resultado!
Cada día gente rica, más rica,
gente pobre mas pobre. ¿Adónde puede llevarnos esta situación?
Pienso que sólo hay un camino bueno y otro malo: el malo es
seguir como estamos, el
bueno, cambiar los esquemas y convertirlo en un mundo de
igualdad donde todos seamos iguales, donde
cada cual desempeñe el trabajo que mas le guste y este trabajo nos haga libres
y felices, donde todos dispongamos de lo necesario para vivir y
no haga falta robar ni morir porque nos quedamos sin vivienda, porque no hay
trabajo o una terrible
enfermedad nos impide ganarnos el pan.
Una noche de insomnio, no hace mucho, me puse a pensar: ¿Qué
pasaría si hubiese un solo gobierno mundial que
mirase por la dignidad humana y que tratase al ser humano como
hermano y que en vez de gastar dinero en armamentonpara aniquilar países
enteros, dedicase su esfuerzo en cambiar el mundo?
Preparar desde temprana edad a los niños y enseñarles las
posibilidades de este mundo
y que cada cual eligiera a su gusto a qué dedicar su vida en beneficio del
prójimo; en pro de su hermano, dedicarnos a erradicar la violencia de una forma
sana, trabajar para vivir
en lo que de verdad nos guste y
por ello, no percibir nada porque ya disponemos de todo.
El mundo tiene posibilidades de seguir adelante, pero
sólo si caminamos todos por una misma senda, ¡la senda del amor!
Tener viviendas dignas para todos, no
mansiones, unas mejores que otras, ¡no! Hagamos
ciudades ecológicas, sostenibles, que no dañen el planeta, viviendas donde nada
falte. Sobra terreno para
cultivar comida para todos, en
vez de tirarla cuando sobra.
Yo mismo he visto supermercados tirando
montones de productos perecederos a cinco días de caducar, por
no poderlas vender; y no pueden llevarlos a orfanatos y
casas de acogida, donde podrían dar de comer varios días a
personas sin recursos, porque su política de empresa no se lo permite.
¿No es triste ver grandes músicos, abogados, ingenieros,
agricultores, artistas etc… pidiendo
por las esquinas, sin un bocado que llevarse a la boca, sin
un lugar donde vivir dignamente, mientras
los bancos se hacen con sus viviendas y
las mantienen cerradas sin poder venderlas?
¿No es injusto? Gente que podría dedicar su vida al bien del
prójimo, trabajando en lo
que les gusta a cambio de tener lo necesario para
vivir.
¿Es mejor verles sin ideas,
desmoralizados y hundidos?
Muchos optan por el suicidio, otros
lo vuelven a intentar sin resultado, aquéllos
piden dinero a los bancos para comenzar de nuevo, pero los
bancos rehúsan darles crédito porque no tienen dinero, suena
raro, ¿no? ¿Cómo van a pedir dinero si lo tienen? es
normal que si lo piden es porque no lo tienen, en fin así estamos.
¿Qué pasará cuando nuestros hijos acaben sus carreras, esas
carreras que nos han dejado en la miseria, carreras
que han costado todo el dinero ahorrado en años; incluso
jóvenes que han trabajado de noche para estudiar de
día llevando una vida durísima?
¿Qué pasará cuando busquen trabajo y no lo encuentren? ¿Qué
pasará cuando sólo encuentren un ¡no! por respuesta?
Está pasando ya, tenemos arquitectos de reponedores en supermercados,
ingenieros trabajando de cajeros, cirujanos en la vendimia, —con
la falta de médicos que tenemos—, pilotos de aviación trabajando en la
construcción… trabajos
dignos, pero no se han preparado para ello. Millones
de euros que los padres han ahorrado con gran esfuerzo tirados a la basura, jóvenes
que han trabajado duro de noche para
durante el día estudiar y sacarse sus carreras para nada.
Hay tanto y tanto de qué hablar, ¿pero, como solucionar esto? Solución
la hay.
Hoy en día estamos expuestos a miles de peligros, terremotos,
tsunamis, radiaciones solares o tormentas solares,
peligro de choque de algún asteroide, guerras injustificadas…
Si fomentasen estas brillantes mentes a buscar soluciones a
estos problemas, lo más seguro es que las encontrasen. Este
mundo podría ser el paraíso para el que fue creado.
La otra noche viendo una película, creo
que se titulaba Señales Desde El Cielo,
realmente me asusté, me
dio mucho que pensar. Y me
dio que pensar que este mundo comenzó de
la manera en que acaba la película: un mundo, un
paraíso, que comienza desde cero a través de unos niños traídos
de un planeta a punto de ser destruido
por una tormenta solar que deja carbonizado todo el planeta.
Como ven, una forma de lo mas simple y sencilla
como es una posible tormenta solar, sólo
unos niños elegidos —quién sabe por qué— son
sacados del planeta por unos seres angelicales y llevados
a otro planeta.
Y yo me pregunto: ¿Qué
hubiese pasado si en vez de haber malgastado nuestro
dinero en armamento y en cosas que no sirven de nada?
¿Hubiésemos dedicado el tiempo en fomentar mentes brillantes que descubrieran la manera de protegernos de todas esas catástrofes?
¿Qué pasaría si desapareciese el dinero y cambiásemos
radicalmente la forma en
que vivimos? Sin envidias,
sin miedos, haciendo cada cual lo que de verdad le guste.
Nadie se ha puesto a pensar por qué cada uno está capacitado
para hacer algo distinto. ¿Por qué alguien es feliz sacando cálculos matemáticos
y otro es feliz haciendo comidas o criando ovejas?
Dios nos creó a cada uno con un don, sólo hay que descubrirlo y ponerlo
en práctica, ser felices con lo que hacemos y dejar de envidiar
lo que otros tienen, sencillamente porque todos tenemos el derecho
a tenerlo sólo por ser hijos de Dios, solamente por eso,
a todos nos pertenece.
¡Hagamos algo ya!
Cambiemos el mundo, está en nuestras manos, de eso no me cabe
la menor duda, pero hay que hacerlo ya, o será tarde.
Sólo espero que los gobernantes se den cuenta de que la solución
está en sus manos: tienen
que dejar aparcado el egoísmo y la avaricia
y tratar de llevarnos hacia la libertad, el amor y la felicidad,
¡un lugar que debería de existir ya!
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