Si tú fueses mía
al cielo subiría,
una estrella te bajaría,
alrededor de tu cuello
la colgaría,
para que reluciera
de noche y de día.
Así recordarías
en las noches frías,
cuando solitaria estuvieras,
solo mirando ¡tú! estrella
entenderías,
que mi amor por ¡ti! es verdadero
y que por muy alejados
que estuviésemos,
la luz de tu estrella
siempre nos haría compañía.
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