Has lanzado un puñal
con tus manos temblorosas,
por el aire vuela
cortando saetas,
no sabe donde ira a parar,
puñal que arrebatas al vendaval
la fiereza de tu cortante filo,
ya no temo olas gigantes,
ni rayos destellantes,
¿acaso no soy yo quien recoge siempre tus lamentos?
lanzaste tu puñal al aire
sin destino cierto,
pero ¡yo! adivinador de esperanzas,
sé que ese filo va destinado a ¡mi!
penetrara en mi pecho como suave gelatina,
atravesara mi corazón
dejándolo seco y sin nuevos amaneceres,
ya no saldrá mas el sol
junto mi gran amor,
puñal que arrebata mi destino.
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