Hay una sombra de soledad
perdida en la arena,
pobre sombra sin dueño
que llora sin consuelo.
Un día su dueño
la dejó vagando sus penas
por la orilla de una solitaria playa.
No temas, triste sombra,
pronto llegará el verano;
Con él, la playa concurrida,
y tu podrás encontrar a tu dueño:
Ese errante caballero, que solitario
va caminando sin temor ni pena,
porque un día dejó vagando
en una solitaria playa,
su triste sombra
sola y sin dueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario